Todo el mundo tiene derecho a cambiar, para algunos debería ser incluso una obligación, como le pasó a estos pendientes de mi madre.
En una de sus visitas, me trajo tres pares de pendientes que le gustaban pero que pesaban demasiado y no podía ponerselos por que sinó la oreja le llegaba al suelo.
Pues bien, cortando la parte de atrás
y ajustando con los alicates planos una base de anillo que despues pegamos con un adhesivo especial para metales
han pasado a ser unos preciosos anillos, por supuesto de cada par ha salido un anillo para mi madre y otro para mi.
Los otros dos pares son unos camafeos y unos buhos, os lo enseñaré.
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