He de decir que no me perdí en la entrada a Madrid y que no maté a ninguno de mis hijos por el camino.
Estas eran mis dos grandes preocupaciones, pero mis hijos me sorprendieron y se portaron estupendamente.
En cuanto a lo de no perderme al llegar a Madrid he de decir que fue puro milagro, ya que había una niebla tremenda y de noche como era no se veía nada de nada.
Pero he vuelto....
Buen día.

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